Hoy me sentí tan llena de alegría, tan completa despues de regresar a mis orígenes.
Sí, volví a aquella unidad habitacional que radica en mis sueños, que no ha logrado salir de mi subconciente; aunque la haya dejado a los 7 años.
Reconocí aquellas distancias, que a mi corta edad parecían como cruzar un desierto inmenso, alquellos lugares que me alegraron la vida, aquellos juegos en los que vivía montada y aquellos tristes edificios de ladrillo y cemento entre los cuales crecí.
Recordé las veces que me caí de la bici, recordé las veces que me enojaba y me iba corriendo a casa de mi abuela, recordé aquellas pocas ocasiones en que recorrí todos esos caminos adoquinados que hoy, después de casi 9 años no había siquiera soñado con visitar.
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