Un nuevo camino de lágrimas se marca en mis mejillas, el dolor que he tratado de ocultar con este maldito tic no ha parado, la falta de apetito sigue aquí y la necesidad de un cigarro, también. En verdad no puedo escribir nada en concreto, las ideas con recuerdos tuyos se arremolinan en mi mente y sólo logran abrumarme más. Hace un rato, me había prometido ya no llorar más, cosa que he dejado claro que no puedo lograr. He dicho en el post pasado lo que Matteo representó para mí y para muchas otras personas, en verdad no se ni que poner, cómo reaccionar; fue un golpe muy fuerte, y una pérdida que me dolió demasiado.
Tenía planeado poner algo más, pero me duele escribirlo, me duele pensarlo más, me duele saber que nunca le pude decir cosas que necesitaba decirle.
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