viernes, 24 de julio de 2009

Brand new story

Me escabullí casi sin ser notada a la casa, logré llegar a donde estaban mis cosas como Juan por su casa. A punto de agarrar mis valiosos objetos, escuché su voz, esa voz... rara, distinta, tipica de un total genio (borrando la etiqueta de Jimmy Neutron), la voz que me encanta, la voz que me despierta y que me pone nerviosa.

Cuando reaccioné, solo alcanzé a voltear, sorprendida y en eso me descubrió mi primo, pasmada, sorprendida, encantada por esa voz; él solo dijo -nice, nice. Segundos después, yo, soñando con saludarlo, sonreirle, reirme y hablar con el, me estampé contra la pared, produciendo un "poc" y un "auch".
Me quedé ahí, escuchando su platica con no se quien, e imaginando su sonrisa, sus ojos, alucinando con tenerlo ahí, enfrente de mi, hablandome a mi, viendome a mi, pero no, todo eso pasó por mi mente en menos de 15 segundos, los cuales pude haber aprovechado para armarme de valor, parame enfrente de él y saludarlo, en vez de correr hacia arriba, verme en un espejo, checar mi pelo, mi cara, toda yo, para que, cuando bajara, estuviera perfecta y pudiera saludarlo sin pena.
Y si, lo hice, bajé, me volví a mirar en el espejo, y me quedé parada, ahí antes de la puerta. Primo pasó otra vez, dijo algo mas, que no recuerdo, y se metió a donde estaba EL.

Me quedé parada, ahí, mas tiempo; pensando en el clásico "y si..." y gracias a eso no hice nada.
ME dió pena, panico, terror, miedo, bueno, pasé por todas las etapas de una niña enamorada, pero en 2 segundos... mi panza se hizo añicos y las mariposas se salieron y recorrieron todo el cuerpo. Salí corriendo para arriba, me encerré en el cuarto y me puse a hacerme cocowash, para poder bajar, no pude yo sola, le hable a Shlomo, ella, con el novio, me ayudó, pero me senti de la chingada; me convenció y entonces, comenzé mi camino para abajo, paso por paso, me acercaba mas a mi meta, y justo cuando iba a terminar, escucho su voz, y me volví a quedar atontada, sin vida, completamente dependiendo de él. Dijo "adiós, gracias" y cerró la puerta.

Y ahí estaba yo, parada, a medio milimetro de saludarlo.
Que mala suerte no?

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